La tecnología orientada a la salud apta para todos los bolsillos

Hace mucho tiempo que no escribo una entrada en el blog, y ya habré perdido los pocos usuarios que me leían, pero es que lo de la app LibreLink clama al cielo y necesito desahogarme.

Cuando los sensores llegaron a mi vida, fue el renacer de mis huellas dactilares. Después de casi 35 años pinchándome en los dedos para sacar muestras de sangre, era de agradecer una tecnología menos invasiva para mejorar nuestras vidas.

También es verdad, que me recetaron los sensores porque me quedé embarazada tarde y mis niveles de azúcar no eran perfectos. No es que fueran malos, pero no eran los indicados para un embarazo. Y por eso, por tener un embarazo de riesgo, me recetaron los sensores, que sino, igual aún no los conocería. Pero vamos al tema que me descentro.

Hace un par de meses se actualizó la app FreeStyle LibreLink, yo no me dí ni cuenta, pero de la noche a la mañana, el sensor empezó a fallar. O eso creía yo, que era el sensor, no la app.

Llegó el día de renovar el sensor... Y no había forma humana de que la aplicación lo reconociera... Reinicié el sistema NFC, el bluetooth, el móvil... incluso desinstalé la app perdiendo todos los datos (menos mal que en la web siguen existiendo porque están vinculados a una cuenta, no a un móvil) y nada... no funcionaba.

Dos días estuve sin ningún tipo de control de glucosa, porque se alinearon los planetas y tampoco me quedaban tiras para hacerme controles de sangre.

Por fin me decido a llamar al servicio técnico y me dicen que la última actualización ha hecho que en algunos móviles funcione un poco lento... Ya... un poco lento... un poco, dicen.

Yo he pasado de hacerme 15 lecturas al día a hacerme solo 4 o 5, porque ahora a la app le cuesta leer el sensor entre minuto y medio o dos minutos, y tienes que estar totalmente inmóvil y sujetando fuerte y muy cerca el móvil del sensor, porque da muchísimos fallos de escaneo.

Además, cada vez que inicio un nuevo sensor, se pasa literalmente casi un día entero sin reconocerlo. O sea, sí o sí ahora necesito volver a las lecturas de glucemia de sangre porque al menos dos veces al mes estoy a ciegas con la app... Y para más inri, ese día el sensor lo pierdes, porque una vez te los has pegado a la piel, su contador interno de caducidad ya empieza a descontar.

Como diabética y usuaria de este sistema estoy cabreada, pero como programadora estoy que me subo por las paredes. ¿¿Como puede ser que alguien haga algo, se supone que para mejorar, y en cambio ha hecho que muchos usuarios estén enfadados porque les está perjudicando la salud?? Menos controles, peor control.

La tecnología debería ser siempre para sumar, y en este caso nos está atrasando. Es desesperante la lectura del sensor... y no digamos iniciarlo.

Y esto no solo lo pienso yo, solo tenéis que entrar en el app store y leer los últimos comentarios de la aplicación. Se han cubierto de gloria. La gran mayoría de la gente no puede cambiarse el móvil cada dos años ni tener un aparato de última generación.

La tecnología orientada a la salud, también debe tener en cuenta estos factores, porque diabéticos los hay con iPhone14 y con Samsung J6 del año de la polca. Debería funcionar siempre en todos los dispositivos, no solo en los más molones.

La tecnología orientada a la salud debería ser apta para todos los bolsillos. Siempre.


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