Pensando sobre qué escribir para mi vuelta, un compañero de trabajo me dio una idea.
Un día comiendo me preguntó si yo era de "esos diabéticos" que cuando les baja el azúcar se vuelven locos y no saben lo que hacen, por qué a un amigo suyo le pasa. Me dejó un poco de piedra porqué perder el control hasta esos límites hace como 20 años que no me pasa.
Cuando un diabético sufre una hipoglucemia severa, significa que no puede ingerir azúcar por si mismo, necesita ayuda. Y se puede dar el caso de perder el conocimiento. Si se llega a este punto es necesario tener a mano una inyección de glucagón para hacer subir los niveles de azúcar lo más rápido posible.
Ese tipo de situaciones son más normales en críos pequeños con pocos años de experiencia conviviendo con la enfermedad porqué es más difícil que sepan reconocer los síntomas y actuar a tiempo. Yo, a día de hoy y desde hace muchos años, hasta me despierto por la noche cuando me está dando una hipoglucemia.
Pero sí he tenido 3 hipoglucemias severas donde he necesitado una inyección de glucagón. Las recuerdo como experiencias extrasensoriales (tipo expediente X), como si hubiera salido de mi cuerpo y viera desde fuera lo que me estaba pasando. Todas me pasaron hace muchos años, cuando yo era pequeña, en mis primeros años de diabética.
A pesar de todo aquello, sigo viva y ahora tengo un blog para contar mis anécdotas y experiencias con las hipoglucemias severas.
Photo credit: [Paturo] via Foter.com / CC BY-NC-ND
Un día comiendo me preguntó si yo era de "esos diabéticos" que cuando les baja el azúcar se vuelven locos y no saben lo que hacen, por qué a un amigo suyo le pasa. Me dejó un poco de piedra porqué perder el control hasta esos límites hace como 20 años que no me pasa.
Cuando un diabético sufre una hipoglucemia severa, significa que no puede ingerir azúcar por si mismo, necesita ayuda. Y se puede dar el caso de perder el conocimiento. Si se llega a este punto es necesario tener a mano una inyección de glucagón para hacer subir los niveles de azúcar lo más rápido posible.

Ese tipo de situaciones son más normales en críos pequeños con pocos años de experiencia conviviendo con la enfermedad porqué es más difícil que sepan reconocer los síntomas y actuar a tiempo. Yo, a día de hoy y desde hace muchos años, hasta me despierto por la noche cuando me está dando una hipoglucemia.
Pero sí he tenido 3 hipoglucemias severas donde he necesitado una inyección de glucagón. Las recuerdo como experiencias extrasensoriales (tipo expediente X), como si hubiera salido de mi cuerpo y viera desde fuera lo que me estaba pasando. Todas me pasaron hace muchos años, cuando yo era pequeña, en mis primeros años de diabética.
La primera de ellas
Fue volviendo del colegio. Recuerdo ir cruzando el puente y notar que empezaba a marearme y a tambalearme. Llegué justo a tiempo a casa para desmayarme en la puerta de la vecina. Todo un espectáculo.La segunda vez
Fue unas pascuas, en la caseta de montaña de unos amigos de mis padres. También recuerdo los mareos e ir dando tumbos, y aquella vez me acuerdo caerme al suelo y empezar a decir tonterías, como si hablara en arameo.La tercera y última hipoglucemia severa que recuerdo
Fue un domingo haciendo la paella en el monte, con mi abuela, mi padre y mi primo. Mi primo y yo estábamos jugando en el parque al lado de los paelleros y de repente, volví a sentir esos típicos mareos y sudores fríos. Me dio el tiempo justo para bajar del columpio y no caerme desde dos metros de altura, pero al llegar al suelo me desmayé. Al despertar estaba llena de sangre (tuve la mala suerte de clavarme una piedra en una ceja) y ver a mi primo corriendo para llamar a mi padre. En aquella ocasión acabamos en el hospital.A pesar de todo aquello, sigo viva y ahora tengo un blog para contar mis anécdotas y experiencias con las hipoglucemias severas.
Photo credit: [Paturo] via Foter.com / CC BY-NC-ND
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