Esconderse para pincharse

Cuando estás en algún bar, cafetería, restaurante o cualquier sitio público, ¿hay que esconderse para pincharse? Es decir, ¿¿te vas al cuarto de baño o te arrimas a alguna esquina para ponerte tu dosis de insulina, o te quedas en tu silla y no te importa que te miren??

¿Juegas al escondite cuando te pinchas? 

Todo esto me ha venido a la cabeza porque estas vacaciones de Semana Santa he tenido muchos eventos (comidas y reuniones con mucha gente, y no todos amigos cercanos) y me he dado cuenta que algunos se quedaban mirando cuando me pinchaba. Como verás, yo no me escondo para pincharme... Pero antes sí que lo hacía. Me molestaba que se quedaran mirarandome fijamente y empezaran a preguntarme como si fuera un mono de feria.

Mis compañeras del cole conseguían que me sintiera así. Hasta que un día, una compañera del campamento de diabéticos del Doctor Brazales me dijo: "¿Por qué te escondes para pincharte cuando sales a comer fuera de casa? ¿Acaso eres un yonki o estás haciendo algo malo?".

Tenía toda la razón del mundo. Desde ese día ya no me escondo al pincharme insulina. Recuerdo hace muchos años, en mi época universitaria, tenía algunos compañeros de clase que me pedían que me fuera al cuarto de baño para pincharme porque les daban aprensión verme y porque tenian miedo a las agujas, a lo que yo les contestaba que sentía mucho si les daba impresión verme pincharme, pero la solución era que ellos no me miraran, no que yo me escondiera.

 Ante una respuesta, yo creo que educada, una compañera (por llamarla de alguna manera) se tiró un erupto que despeinó a todos los que estabamos en la mesa a punto de comer. Ahí, claro está, me enfadé muchísimo (no fui la única) y le dije que era una grosera y una maleducada y ella me contestó "a mi no me gustan las agujas y tengo que aguantar que te pinches en la mesa" y se quedó más agusto que un arbusto. Fue una anécdota desagradable (la única que he sufrido en mi vida) ante mi negativa a esconderme para pincharme. La mayoría de la gente solo se gira y te mira raro, pero son gajes del oficio que con los años ni te molestan.

Comentarios