Con todo este follón/problemón de los enfermos de la hepatitis C que no les dan las medicinas que necesitan, y el gobierno dice que son los médicos los que tienen que recetar, y los enfermos dicen que es un inspector de recetas el que decide si aprueba finalmente la decisión del médico, me he acordado de una cosa.
Cuando yo era pequeña, tenia muchos problemas para que me dieran mis recetas de tiras reactivas para hacerme mis controles en casa, porque un señor inspector era el que decidía si me las daban o no, y en muchísimas ocasiones, según este señor inspector (que no era médico ni sabía de diabetes) yo usaba demasiadas tiras y no me las concedía.
Total, que en muchas ocasiones, me ha tocado racanear mis propias tiras y no hacerme controles porque sino me quedaba sin...
Ays... El inspector de recetas... Que tiempos aquellos cuando una persona que no es médico ni tiene conocimientos sobre una enfermedad (o eso parecía), tiene que decidir quién recibe esas medicinas y quién no basándose (o eso parece) solo en temas económicos y/o administrativos, pues pasa lo que pasa, que a veces se muere la gente.
En mi caso no era de vida o muerte (o sí, nunca se sabe, porque una diabetes mal controlada tiene muchos efectos secundarios), pero en el caso de los enfermos de la Hepatitis C sí que lo es, además con extrema urgencia.
Así que desde aquí, y salvando las distancias entre mi caso y el suyo, mi más sincero ánimo y apoyo.
Cuando yo era pequeña, tenia muchos problemas para que me dieran mis recetas de tiras reactivas para hacerme mis controles en casa, porque un señor inspector era el que decidía si me las daban o no, y en muchísimas ocasiones, según este señor inspector (que no era médico ni sabía de diabetes) yo usaba demasiadas tiras y no me las concedía.
Total, que en muchas ocasiones, me ha tocado racanear mis propias tiras y no hacerme controles porque sino me quedaba sin...
Ays... El inspector de recetas... Que tiempos aquellos cuando una persona que no es médico ni tiene conocimientos sobre una enfermedad (o eso parecía), tiene que decidir quién recibe esas medicinas y quién no basándose (o eso parece) solo en temas económicos y/o administrativos, pues pasa lo que pasa, que a veces se muere la gente.
En mi caso no era de vida o muerte (o sí, nunca se sabe, porque una diabetes mal controlada tiene muchos efectos secundarios), pero en el caso de los enfermos de la Hepatitis C sí que lo es, además con extrema urgencia.
Así que desde aquí, y salvando las distancias entre mi caso y el suyo, mi más sincero ánimo y apoyo.
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