Marcas de guerra

Cuando llevas muchas años pinchándote (dicho así parece que sea una yonki) de vez en cuando te salen las marcas de guerra, es decir, pequeños moratones o cardenales causados por las lancetas de los bolis.


Las marcas de guerra son inevitables, no siempre te puedes pinchar bien y sin dolor. Es imposible. Así que cuando llega el verano y vas con los brazos o las piernas al aire, ves como la gente se te queda mirando. Yo siempre pienso que estarán pensando que me he pegado con alguien, o aún peor, que alguien me ha pegado... que estrechos de mente... es que me pincho!! Y otra vez parezco una yonki.

A veces las marcas de guerra salen porque te pillas una vena superficial, a veces salen porque reutilizas las lancetas y cuando pierden su capa de vaselina hacen daño (no es exactamente vaselina, pero es para que me entendáis). Esto no debe hacerse (lo de reutilizar las lancetas) pero no siempre tienes en casa la cantidad que necesitas, y hay que saber saberse administrar (como diría el gran Sabina).

Con los años de vida que aún me quedan como diabética, seguirán saliendome moraduras, y seguirán mirándome los brazos como si me hubieran pegado un pellizco, y yo seguiré enseñando con orgullo mis marcas de guerra, porque las heridas de guerra nos recuerdan que aún seguimos vivos.

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