Aniversario, dulce aniversario... Que mejor día para empezar a escribir en mi blog "Memorias de una diabética" que el día que cumplo 30 años de diabética...
Pues eso... tal día como hoy hace 10585 días me ingresaban en el hospital... y me acuerdo perfectamente, aunque parezca mentira... Por suerte siempre he sido una persona valiente (en aquella entonces personita) y no me han dado miedo las agujas, ¡y menos mal!
No tengo ningún trauma por no poder comer cosas dulces, esa época ya la pasé en la pubertad, y como todo en esta vida, depende de las gafas con que se miren... Por suerte para mí, no soy demasiado golosa (aunque confieso que de vez en cuando como chocolate) y soy muy optimista, y aunque tengo días malos, como todos, generalmente veo el vaso medio lleno, incluso con mi enfermedad...
Que tengo que mirar cada cosa que como con lupa, pues sí, más que otras personas... Que cada vez que me pincho tengo que calcular lo que voy a comer y lo que me voy a mover para que no me dé un jamacuco, pues también... Pero a todo se acostumbra uno... Además hay enfermedades mucho más chungas por este mundo... Para mi, más que una enfermedad, es un engorro...
En fin... Yo para celebrar mi aniversario, y con permiso de la Doctora Muerte (esta historia la contaré otro día), me he metido entre pecho y espalda un pastelito, que una vez al año no hace daño.
Pues eso... tal día como hoy hace 10585 días me ingresaban en el hospital... y me acuerdo perfectamente, aunque parezca mentira... Por suerte siempre he sido una persona valiente (en aquella entonces personita) y no me han dado miedo las agujas, ¡y menos mal!
No tengo ningún trauma por no poder comer cosas dulces, esa época ya la pasé en la pubertad, y como todo en esta vida, depende de las gafas con que se miren... Por suerte para mí, no soy demasiado golosa (aunque confieso que de vez en cuando como chocolate) y soy muy optimista, y aunque tengo días malos, como todos, generalmente veo el vaso medio lleno, incluso con mi enfermedad...
Que tengo que mirar cada cosa que como con lupa, pues sí, más que otras personas... Que cada vez que me pincho tengo que calcular lo que voy a comer y lo que me voy a mover para que no me dé un jamacuco, pues también... Pero a todo se acostumbra uno... Además hay enfermedades mucho más chungas por este mundo... Para mi, más que una enfermedad, es un engorro...
En fin... Yo para celebrar mi aniversario, y con permiso de la Doctora Muerte (esta historia la contaré otro día), me he metido entre pecho y espalda un pastelito, que una vez al año no hace daño.
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