Artículo incluido en la revista EN3D de la organización FEDE del mes de dicimebre de 2016
Con la llegada del nuevo año vienen también los propósitos y retos nuevos. Están los clásicos “dejar de fumar”, “apuntarme al gimnasio”, “aprender idiomas”… Y de eso trata el artículo de opinión de este mes, sobre los retos en la diabetes para el año 2017. Así de entrada me pareció algo dificilísimo sobre lo que escribir, porque si de normal cuando llega febrero ya me he dejado el inglés por el camino, pues imagínate en un tema tan amplio lo que puede pasar.
Pero de repente se me encendió la bombilla por ese misterio llamado subconsciente que hace que cuando comes jamón te pienses en tu tío el del pueblo. De repente me acordé que hace unos seis meses, a la nieta de mi vecina le diagnosticaron diabetes, ella tiene ahora unos 10 años. Mis padres, como no, enseguida se prestaron a ayudar en lo que hiciera falta, por si tenían alguna duda sobre lo que fuera.
En principio parecía que todo estaba controlado, pero al cabo de poco tiempo, mis padres le preguntaron a mi vecina como iba la niña, y mi vecina nos contó que la madre de la criatura se había vuelto un poco paranoica con la comida, que no le dejaba comer casi nada: ni arroz, ni patatas, ni pan… Según ella todo esto le subía muchísimo el azúcar. Vamos, que mi vecina les dio a entender a mis padres que la niña sobrevivía a base de agua y jamón de york. ¡Una locura! Me recordó a mi cuando era pequeña. A mis padres también les daba miedo darme de comer, hasta que un médico les dijo que ni se les ocurriera privarme de comer dieta mediterránea normal y corriente (siempre en cantidades controladas, eso sí, pero de todo)
Así que desde mi punto de vista, el reto más importante para la diabetes en este 2017 y en todos los años que nos quedan por vivir, es la educación. A los enfermos y sobre todo a los familiares de los enfermos, porque con frecuencia son los familiares los que más sufren por no saber que dar de comer a sus hijos, o cómo comportarse ante una hipoglucemia o cómo corregir las hiperglucemias.
Y sobre todo para que los niños puedan ser independientes y tomar sus propias decisiones y que sus padres estén tranquilos porque sus hijos saben cuidarse solos. En la diabetes y en la vida en general, la educación es la base de todo.
Con la llegada del nuevo año vienen también los propósitos y retos nuevos. Están los clásicos “dejar de fumar”, “apuntarme al gimnasio”, “aprender idiomas”… Y de eso trata el artículo de opinión de este mes, sobre los retos en la diabetes para el año 2017. Así de entrada me pareció algo dificilísimo sobre lo que escribir, porque si de normal cuando llega febrero ya me he dejado el inglés por el camino, pues imagínate en un tema tan amplio lo que puede pasar.
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| Nuevos retos en la diabetes |
Pero de repente se me encendió la bombilla por ese misterio llamado subconsciente que hace que cuando comes jamón te pienses en tu tío el del pueblo. De repente me acordé que hace unos seis meses, a la nieta de mi vecina le diagnosticaron diabetes, ella tiene ahora unos 10 años. Mis padres, como no, enseguida se prestaron a ayudar en lo que hiciera falta, por si tenían alguna duda sobre lo que fuera.
En principio parecía que todo estaba controlado, pero al cabo de poco tiempo, mis padres le preguntaron a mi vecina como iba la niña, y mi vecina nos contó que la madre de la criatura se había vuelto un poco paranoica con la comida, que no le dejaba comer casi nada: ni arroz, ni patatas, ni pan… Según ella todo esto le subía muchísimo el azúcar. Vamos, que mi vecina les dio a entender a mis padres que la niña sobrevivía a base de agua y jamón de york. ¡Una locura! Me recordó a mi cuando era pequeña. A mis padres también les daba miedo darme de comer, hasta que un médico les dijo que ni se les ocurriera privarme de comer dieta mediterránea normal y corriente (siempre en cantidades controladas, eso sí, pero de todo)
Así que desde mi punto de vista, el reto más importante para la diabetes en este 2017 y en todos los años que nos quedan por vivir, es la educación. A los enfermos y sobre todo a los familiares de los enfermos, porque con frecuencia son los familiares los que más sufren por no saber que dar de comer a sus hijos, o cómo comportarse ante una hipoglucemia o cómo corregir las hiperglucemias.
Y sobre todo para que los niños puedan ser independientes y tomar sus propias decisiones y que sus padres estén tranquilos porque sus hijos saben cuidarse solos. En la diabetes y en la vida en general, la educación es la base de todo.
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